domingo, 31 de marzo de 2019


    REFLEXIÓN: UNA ESCUELA MOTIVADORA

       Que bonito sería ir a la escuela con alegría, ilusión, motivación, con ganas de aprender y que no pese la mochila de los libros.

      ¿Realmente nuestros alumnos van así al colegio? Mi experiencia me dice que un alto porcentaje van desmotivados y sin ganas de ir al colegio.

      Les supone un gran aburrimiento estar horas escuchando lo que dice un profesor, y haciendo ejercicios sin más, seguramente, muchos sin entender lo que están haciendo, es decir, son sujetos pasivos de su aprendizaje, meros oyentes.

     ¿Qué se puede hacer?

      Entre todos podemos, con ganas , con ilusión  y creyendo en lo que se hace, crear una escuela diferente.

     Una escuela donde los pilares básicos sean el aprendizaje activo, la motivación y el respeto tanto individual como colectivo.

    Una escuela donde sus aulas estén diseñadas por espacios libres de trabajo, no solo en infantil , sino también en primaria. Un aula donde se investigue, manipule, se cree, se coopere, se les despierte la curiosidad, se aprenda y no se compita. Un aula donde el libro del texto sea un recurso más y no el pilar de un curso. Un aula donde el alumno/a pase de ser un mero oyente a un protagonista activo de su propio aprendizaje, respetando su individualidad.

    Con esta manera de trabajo, más participativa, estaremos enseñando a nuestros alumnos a aprender a aprender, a tener capacidad crítica, a ser autónomos, a trabajar en equipo, y sobre todo, les estaremos dando una gran dosis de motivación y ganas por aprender.

   De esta manera, verán la escuela con otros ojos, lejos del aburrimiento y el hastío,  como un lugar lleno de posibilidades para su desarrollo integral y de relaciones humanas. Seguramente no habría tanto fracaso escolar.

  Entre todos podemos hacer de nuestra escuela , una de las mejores del mundo.

¡¡Vamos a conseguirlo!!

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